martes, 28 de julio de 2015

Historias de Carton

Pequeñas obras de vida


Delfor Cabezas desde su Quilmes  natal dedica su periodo de descanso a revivir criaturas del fierro con simples cajas de cartón contenedoras de pasta. Cada criatura tiene su historia, cada auto, camión, ómnibus o tranvía tiene su respaldo narrativo e histórico. Un homenaje a bellos fierros entrañables desde el cartón y la pasión por los autos que este quilmeño manifiesta en todo su museo rodante.








JÓVENES CREATIVOS


Con auténticos 75 años y unos jóvenes 15 de artesano. Muy a pesar suyo entró en este mundo casi de casualidad, a partir de un hecho familiar empezó a crecer su arte. La anécdota comienza con el cumpleaños numero 80 de su tío, él era el organizador de la fiesta. En plan de lograr un regalo importante, recordó el camión que su tío manejo por 40 años, se sabía con facilidad para el dibujo por los conocimientos adquiridos en el colegio técnico cursado en su era escolar. Dibujándolo de costado, de frente , de atrás, de acuerdo a como lo recordaba, avanzó . Al momento de rencontrarse con aquel camión busco la forma de revivirlo; por cuestiones de espacio,  con madera o con metal no podía trabajar dentro de su casa; entonces escogió el cartón y así puso manos a la obra. Con acumulación de capas y con un cutter para dar forma elaboró las partes del camión y así empezó a tomar forma su primer creación. Entre cemento de contacto, enmasillado y pinturas sintéticas concluyo su obra . Con aplausos y mensajes de aliento, de familiares y amigos, siguió con la construcción de este mini museo del automóvil que rueda por cualquier municipio al que es llamado para colaborar. Lo podemos encontrar por el cono sur y en verano tiene su  muestra estable en el partido de la costa, con entrada libre y gratuita para toda la familia, siempre aclara, no busca obtener plata con esto. De hecho sus servicios no son requeridos simplemente porque él, no lo desea. Su intención es hacer homenajes o obras con un porque en trasfondo, como lo fue aquel camión para los ochenta de su tío. 



Cada pieza, cada obra está hecha por un porque. Cada una de estas maravillas que hoy llegan a un número impreciso de 37 unidades de diversas características y formas, tienen una historia que contar. Pequeñas maquetas de cartón que de tan moldeadas brillan; como la historia que en ellos se esconde. Piezas únicas que encienden las luces como si estuvieran vivas y circulando por la calle, como su réplica en lo real. Un viaje al pasado en 10 metros cuadrados que estimula y rememora una época entrañable.




Delfor es tán exclusivo como estimulante para todo aquel que pueda disfrutar de su obra. Él mismo sacrificó una de sus piezas para demostrar que todo lo que él trabaja es solo cartón. No hay una sola persona que en su stand no pregunté: "¿Pero es cartón?" . Y Delfor desde su cansancio al responder tan incomoda pregunta tantas veces, indíca: "Pero sí solamente cajas de ravioles son... " y un sin fin de elementos descartables que muchos de nosostros no utilizariamos para nada más que para depositarlos en la bolsa verde; si es que somos ciudadanos responsables...





El señor Cabezas es tan talentoso como respetado en su Quilmes querido sobre todo por sus vecinos. Todos los Lunes cuando su obra ya era conocida, tenía en la puerta de su casa a las vecinas que le otorgaban la caja de la pasta del Domingo para que Delfor haga su bien. Igual su obra no esta signada al cartón solamente, tambien despunta el vicio con su Dodge Rt dorada, la cual tiene su réplica en el Mini Museo del Automovil a la cual siempre le esta haciendo algo. A la vez comentó que ahora esta trabajando en un Siam Di Tella modelo 63 con el cual está empezando. Promete la réplica cuando lo termine.






El señor Delfor Cabezas quien dejara su estupenda colección en las manos de sus dos hijas para cuando las lucesitas de sus piezas y el motor eléctrico que activa esta pasión deje de funcionar. Muestra un compromiso con su obra tan grande como su habilidad de trabajar el cartón. Quien a pesar de su fama bien lograda, como de casualidad. Ese día que se le prendió esta luz de hacer ese bendito camión, regaló a todos la maravilla de disfrutar la vida, al cruzarnos con su obra.




por Leandro E Sciutto

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