Una vida
dedicada a los fierros
El amor por
los fierros es para algunos una pasión que no conoce límites, una prioridad en
la vida que supera a cualquier otra y por la que están dispuestos a abandonarlo
todo. Puede llamarse amor, pasión u obsesión pero es innegable que su existencia sorprende y estremece por
igual. Gustavo Paris, es de esta clase de fierreros.
A sus 37
años este amante de los autos no duda en confesar: “Yo respiro porque existen
los fierros, son el motivo que me impulsa a levantarme cada mañana para venir
al taller a trabajar”. Y mientras se limpia la grasa de sus enormes manos, este hombre de metro ochenta que parece
un ropero andante, sonríe como un niño ante la satisfacción de lo que hace. Su
expresión demuestra por sí sola la veracidad de sus palabras.
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¿Cuándo
empezó tu pasión por los autos?
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Me
gustaría decir que en el mismo momento que llegue al mundo, pero eso puede
sonar demasiado exagerado. Sin embargo,
para ser sincero, creo que todos
estamos destinados desde nuestro nacimiento a tener un gran amor y el mío sin duda son los
autos.
Pero si hablamos del comienzo de todo esto, pienso que tal vez fue en la
adolescencia cuando me di cuenta que no había nada más importante para mí que
los fierros, porque si bien cumplía con el resto de mis obligaciones, no pasaba
un solo día en que no fuera a una
exposición, a ver una carrera o simplemente a meterme en un taller para
aprender tanto como pudiera. A mis padres eso los volvía locos.
-
¿Tu
familia no estaba de acuerdo?
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Cuando pensaban que solamente era un
pasatiempo ellos no tenían ningún problema. Pero con el paso del tiempo notaron que estaba
más tiempo metido en un taller que en casa, y para los últimos años de
secundaria las cosas empezaron a ponerse feas. Mi viejo, sobretodo, era muy
exigente con el tema del estudio. Él es
dueño de una empresa metalúrgica en Capital y esperaba que todos sus hijos le
siguiéramos los pasos, pero yo no quería
saber nada.
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¿Cómo
lo resolviste?
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No
lo hice hasta después de muchos años.
Cuando terminé el secundario entré a la Facultad de Económicas de La
Plata y estudié la carrera de Licenciatura en Administración, me llevo siete
años recibirme. Pero durante ese tiempo y a escondidas, seguía frecuentando talleres y todos los
lugares relacionados con los autos a los que podía ir. También me volví un
fanático del Turismo Carretera y con la excusa de que tenía que estudiar en lo de un amigo, me ausentaba días de mi
casa para seguirlo a donde sea.
Pero delante de mi familia no podía ni tocar el tema de los autos, hasta
un día le pregunte a mi viejo cuál era el problema si yo quería ser mecánico y
por poco me mata. Nunca nos pudimos poner de acuerdo, es una lástima.
Así que cuando me recibí no me quedo otra que empezar a trabajar en la
empresa de la familia.
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¿Estuviste
trabajando ahí mucho tiempo?
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Un
año nada más, fue todo lo que pude aguantar. No me quedaba tiempo para
dedicarme a mí mismo y a lo que me gusta,
porque de lunes a viernes mi vida era el trabajo y el fin de semana estaba tan
molido que no tenía ganas de nada. A parte era sumamente infeliz, creo que fue
el peor año de mi vida.
Así que un día tome coraje y me fui a hablar con mi viejo, no voy a
contar los por menores de la discusión pero puedo asegurar que fue muy mala.
Ese día no solo renuncie a mi trabajo, no me quedo otra opción que dejarlos a
ellos también.
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¿No
volviste a tener relación con ellos?
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La
verdad es que fueron ellos los que no quisieron volver a tratar conmigo, en esa
última charla le dije a mi viejo que ya tenía trabajo en un taller y me hizo la
cruz. Mi vieja también. Con los únicos
que mantengo contacto son mis hermanos y mis sobrinos, se podría decir que a
ellos no los avergüenza el camino que tomo mi vida.
-
¿Crees
que a tus padres les da vergüenza?
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Es
probable que sí, pero después de tantos años creo que empiezo a tomar sus
palabras de otra forma. Se preocupaban por mi futuro y querían lo mejor, pero
no pudieron entender lo que yo quería y me hacia feliz. Creo que todos estamos
mejor así.
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¿Cómo
siguió tu vida después de que dejaste la empresa?
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Me dedique pura y exclusivamente a mi pasión y hasta
-
¿Cuándo decís “amor de mi vida” hablas
completamente enserio no?
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Entiendo a lo que te referís y sé que puede
sonar increíble para muchos, pero la verdad es que yo no necesito nada ni a
nadie más que a mi maquina. Es lo que me llena, lo que de verdad hace que mi
vida tenga sentido. Aunque no te voy a
decir que no me gusta la compañía de la gente porque sería una mentira, pero si
tengo que elegir me quedo con el auto.
-
Imagino que las relaciones de pareja no deben
ser fáciles para vos.
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Según lo que interpretes por relaciones, las
mías son más bien cortas y sin muchos compromisos, ya que no hay muchas mujeres
que lleven bien mi estilo de vida ni que soporten estar siempre en segundo
lugar. Yo las entiendo pero siempre les advierto cómo soy y si compran, el paquete va completo. Mi primer amor son
los autos después todo lo demás.
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¿No te imaginas una familia a futuro?
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Pienso que algún día me gustaría tener hijos
con los que compartir mi pasión, pero sé que es muy difícil por mi forma de ser
y la verdad si no cambie hasta ahora no
voy a cambiar mas. Para mí no es un problema porque soy feliz y al fin de cuentas
lo importante es levantarme cada mañana con ganas de vivir y de eso me sobra.
La familia es algo para lo que no fui creado.
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¿Cómo viviste el 2 de abril del año pasado?
-
Esa noche fue una locura. Yo vivo en el barrio
La Loma que fue uno de los más afectados con la inundación y en mi casa entró
un metro y medio de agua, se llevo casi todo. Pero eso no fue lo peor, yo estaba volviendo del trabajo y cuando iba
con la Chevy por Circunvalación, de la
nada el agua empezó a subir y se me paro
el motor. No había forma de que pudiera sacar el auto de ahí, no me acuerdo
exactamente la calle en la que estaba pero era a pocas cuadras de mi casa y yo
estaba desesperado. ¡El agua se tragaba mi auto! Pero no lo abandoné, me quede
sentado en el techo toda la noche sin mover un pelo, rogando que el cielo se
apiadara y pudiéramos salir los dos enteros de esa.
-
¿Te das cuenta que arriesgaste tu vida esa
noche?
-
Y que otra cosa podía hacer, uno no deja solo a
los que ama en los peores momentos. Así que me quede con mi Chevy todo el
tiempo, aunque a medida que el agua subía
yo sabía que se iba a llevar la peor parte.
No pensé en lo que estaba arriesgando esa noche
y tampoco lo pienso ahora, no me imagino que pudiera haber hecho las cosas de
otra forma. ¿Dejarla ahí y ponerme a salvo del agua? ¡Y después con qué cara digo
que amo los fierros!
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¿Qué pasó después?
-
A la mañana la lluvia empezó a parar y el agua
de la calle bajaba más rápido, así que salté del techo del auto y desde la casa
de una vecina me comunique con unos amigos que me vinieron a buscar. Tuvimos que esperar unas cuantas horas hasta
que con una camioneta pudimos enganchar la Chevy y llevarla hasta mi casa.
Cuando la empecé a revisar me di cuenta de que
había mucho que no iba a poder salvar y aunque hable con la gente del seguro no
me dieron ninguna solución.
Así que
de a poco la estoy arreglando. La tengo en el taller y cuando me queda algo de
tiempo se lo dedico de lleno, cada centavo que tengo lo gasto en el arreglo. Calculo
que en unos meses más va a estar lista para salir de nuevo a la calle.
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¿Ahora tenes otro auto?
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Si, un Chrysler Stratus modelo LX Full
2000. Es una belleza, tiene motor 2.5, 6
cilindros caja automática y secuencial, fue un regalo de mi hermano mayor después
de la inundación. Él me llamo unos días después para ver cómo estaba y me
preguntó si me hacía falta algo, yo en broma le dije “un auto” y a los dos
meses se me apareció en casa con el Stratus. Igualmente no se compara a la
Chevy, son dos cosas completamente diferentes, pero mi corazón es grande y
tengo lugar para los dos.
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¿Un nuevo amor?
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El mismo pero de otra forma. Creo que acá
podría hacer una analogía con el tema de los hijos, porque aunque tengas muchos
los amas a todos por igual pero cada uno tiene algo que lo hace especial y también llegaron en momentos diferentes de
la vida, lo que hace que generen
sentimientos particulares, aunque siempre y ante todo se les tiene el mismo
amor.
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Y con
respecto a tus viajes para ver al Turismo Carretera (TC) ¿los seguís haciendo?
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Eso es
una parte esencial de mi vida, me fascinan las carreras de autos y ya que no
corro me conformo con ir a ver a los que saben. Sigo al TC a donde vaya, antes
en compañía de la Chevy y ahora con el Stratus.
De pibe soñaba con volverme corredor, pero me
alcanza haber llegado hasta donde lo hice aunque quien sabe, nunca es tarde
para cumplir los sueños.
Yo soy un tipo perseverante y lo demostré a lo
largo de toda mi vida, si quiero algo es probable que lo logre. Ahora mi prioridad
es terminar con mi Chevy y el año que viene viajar a Mendoza donde se planea
hacer una exposición para estas bestias. De momento es ahí donde tengo la
cabeza.
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Teniendo en cuenta todo lo que dejaste atrás
por los autos ¿te arrepentís de algo?
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De nada. Estoy exactamente donde quiero estar, hago lo
que me gusta y vivo todos los días a mi manera. No hay forma de que pudiera
arrepentirme porque todas las decisiones que tomé y lo que dejé en el camino, me trajo a este
lugar que no cambiaría por nada ni nadie. Es la vida que elegí, mía y de nadie
más.
Gustavo Paris es la prueba indiscutible del “fanatismo por los autos” y aunque este estilo de vida pueda
generar controversias entre aquellos que no lo comprenden, es otra faceta del
mundo fierrero que no puede ser ignorada.
Por Noelia Velazquez
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