domingo, 19 de octubre de 2014

Los autos del ayer en la ciudad de hoy

Museo del Automóvil Colección Rau: el rescate de una familia amante de los autos en el medio del conurbano platense.
  En la parte antigua de la ciudad de La Plata por la vieja, angosta y transitada calle uno, a la vera de la vía del Roca entre la calle 34 y 35; ahí donde las casas se ven todas iguales y donde parece que el tiempo se estancó, existen dos farolas amarillas que brillan más que las demás. En la puerta descansa un triciclo extra large color amarillo con la inscripción “Coca-Cola” en rojo. En la arcada que aparece más atrás, hay un tocadiscos sonando. Ese disco multicolor gira gastando púas hoy mucho más que ayer, que dan la impronta que un mundo maravilloso esta por  aparecer. 


Evelin abre la puerta doble y “El Museo del Automóvil Colección Rau” recibe a sus visitantes.

Las piezas de exquisita composición que Jorge Rau pulió con sus propias manos para que vuelvan a brillar, poseen un singular olor que impregna toda la sala.  Son piezas únicas de edificios emblemáticos de la ciudad y de Capital Federal, junto con viejos surtidores de ruta olvidados a su merced; rescatados y aquí expuestos para cada visitante del museo. La vista se convida con antiguos recuerdos, con momentos olvidados en la memoria de toda aquella persona que visita este lugar.

Se pueden apreciar antiguos juguetes que se creían olvidados: autos de chapa, los viejos duravit en todos sus formatos, los PLAYMOBILE, colectivos de madera, los viejos autos soplados de plástico y autos a escala metálicos. Todos estos juguetes que están en la memoria de chicos y grandes.

Pasando a las máquinas de cuatro ruedas, podemos encontrar un viejo Tractor de campo en perfecto estado de conservación. Un par de “Ford T”, uno verde cuatro puertas y otro azul con la capota negra de dos puertas y para aquellos melancólicos del Ovalo Azul, dos piezas de excelente valor histórico un Overland de 1917 y un Durant 1929, el más nuevo un Messerschmitt 1959 color rojo y blanco. También encontramos una chata Ford Apache color blanco y una moto de paracaidista de la Segunda Guerra Mundial.

Perdido entre tantos clásicos encontramos un ratoncito alemán de la marca BMW; un Fiat Topolino, el mismo que usaba Juan Carlos Calabro en el personaje de “Aníbal”. Y muchas maravillas más que no se ven en cualquier lado, solamente aquí en el museo de autos antiguos de la ciudad de La Plata.

Todos estos coches son acompañados de una ambientación sin igual con surtidores a manija con sus globos iluminados y maniquíes vestidos con la ropa de época,  que representan las clases sociales de ese momento. Miles de Herramientas y publicidades antiguas dignas de algún mercado de San Telmo.

Un rescate emocional olvidado en las márgenes del ferrocarril Roca, que espera todos los fines de semana y feriados, que lo vayan a visitar entre el horario de 15 a 19 horas.
Es necesario acompañar esta visita con un café en “El Gran Premio”, el cual es otras de las reliquias que deslumbran en el Museo. Allí nos encontraremos con un bar temático, que tiene una carta adicional a la convencional, con más de cincuenta videos para solicitar y revivir esos momentos históricos automovilísticos que quedaron marcados en la memoria, y que en este lugar se pueden volver a ver. Como por ejemplo las 84 horas de  Nürburgring donde los “Torinos argentinos” marcaron un hito en la historia automovilística mundial y argentina, entre muchos otros momentos dignos de volver a ver.

El edificio donde se aloja esta hermosa colección familiar fue declarado patrimonio arquitectónico de la Municipalidad de La Plata y data del año 1875 antes de la fundación de la ciudad. En una época donde no existía la actual vía del ferrocarril Roca vecina al museo, que en aquel entonces era una capilla a punto de ser demolida. Jorge al verlo decidió adquirir el lugar y junto a su hermano lo restauraron. Para habilitarlo a lo que es hoy, tardaron 26 años y medio.  Cecilio Rau el otro hermano, falleció dos meses antes de su inauguración y no lo pudo ver funcionando. Pero hoy está presente en el alma de este sitio y en cada pieza expuesta allí dentro. Hoy es uno de los edificios parados más antiguos de la ciudad de La Plata, la cual fue fundada el 19 de Noviembre del año 1882.

Jorge junto a su hija Evelin participa con estos autos en reuniones y competencias de autos clásicos. Por ejemplo con un Ford T azul, expuesto allí en el museo. Jorge hace todos los años la carrera Recoleta – Tigre, carrera reconocida internacionalmente como uno de los eventos más importantes del mundo de autos clásicos realizado en la Argentina.

La visita al Museo del Automóvil Colección Rau es una cita obligada para cualquier persona que ame los fierros. Ya que en unas horas se vuelve a los tiempos de gloria del automovilismo nacional y se logra compartir un momento con toda esta belleza antigua, resucitando en lo más profundo de cada visitante un hermoso retorno a la infancia y al placer de los años dorados.


Por Leandro E Sciutto

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